Laserterapia
El láser es una técnica que tiene sus inicios en el 1970 partiendo de estudios hechos por Bohr y Plank. Pero no es hasta 1967 que se utiliza por primera vez en Medicina para fines quirúrgicos. A principios del 70-71, Mester observa que el láser de Ne-He tiene una acción estimulante y cicatrizante de tejidos.
Actualmente, se una de las aplicaciones del láser terapéutico se centra en el control del de múltiples patologías que cursan con inflamación, infección, picor, dolor etc.
Es muy aconsejable en pacientes que tienen una elevada sensación de dolor y no se dejan manipular durante la rehabilitación.
También es ampliamente utilizado para todo tipo de lesiones que cursen con inflamación de origen no quirúrgico en animales de compañía o exóticos. (Dermatitis alérgica, saculitis, granulomas por lamidos, bursitis, tendinitis, hernias discales, gingivo-estomatitis felina, osteoartrosis, cistitis, otitis, heridas quirúrgicas, seromas…)
Cuando se aplica láser en la piel (dermis), ésta la absorbe y se generan una serie de efectos sistémicos de debemos destacar:
- Acción celular: acelera la cicatrización, osificación y reparación celular, aporta ATP para la síntesis de proteínas y enzimas, facilita la llegada de sustancias nutricias en el tejido lesionado y eliminación de toxinas y metabolitos de desecho.
- Acción antinflamatoria: reduce el tejido fibroso y trata el edema.
- Acción analgésica: eleva el umbral doloroso de las células.
- Bioestimulación: aumentan y modula la respuesta del sistema inmunitario.
Todas estas particularidades se traducen en los siguientes beneficiosos para el paciente:
- Mejora y promueve la cicatrización de todo tipo de tejido (blando, hueso, cartílago, etc)
- Alivia y reduce el dolor y los espasmos/contracturas musculares.
- Aumenta el rango y elasticidad de las articulaciones.
- Reduce los síntomas de las enfermedades crónicas degenerativas.
- Mejora la microcirculación einmuno-modulación periférica.
El láser no es inocuo y no puede aplicarse cerca de la glándula tiroidea, en tejidos hemorrágicos, heridas infectadas, tumores, región precordial en cardiópatas, hembras gestantes, etc…
Termoterapia y crioterapia
Frío: tiene un efecto superficial, según el tiempo y elemento refrigerante que empleemos podemos conseguir disminuir la inflamación aguda o producir analgesia. Siempre se aplica al inicio de un proceso inflamatorio. Está contraindicado con inflamaciones agudas de origen inmunológico, infeccioso o desconocido. Se debe tener especial cuidado en diabetes, cardiópatas, pacientes muy jóvenes o debilitados por los efectos sistémicos (aumento de la presión sanguínea, aumento frecuencia cardíaca, aumento tasa respiratoria, etc)
Calor: al igual que el frío produce un efecto superficial. Tiene efectos locales; vasodilatación, incremento flujo sanguíneo y linfático, mejor aporte de oxígeno, nutrientes y metabolitos, analgesia, sedación nervios motores y sensitivos periféricos, disminución rigidez del tejido, disminución espasmos musculares, y sistémicos; sudoración, jadeo, hipotensión, incremento del pulso, incremento de la excreción renal, incremento tasa respiratoria etc. Puede aplicarse mediante geles de calor o luz infrarroja.

Hidroterapia
Gracias a la ayuda de las diferentes propiedades del agua (la densidad relativa, la flotación, la viscosidad, la resistencia, la presión hidrostática y la tensión superficial), este medio aporta una multitud de ventajas que permiten:
- Fortalecer la masa muscular
- Aumentar la resistencia muscular
- Incrementar la resistencia cardiovascular
- Proporcionar mayor agilidad y rango de movimiento
- Reducir el dolor
- Sensación de bienestar
- Principalmente está indicada para:
- Recuperación de cirugías ortopédicas y neurológicas
- Alteraciones neurológicas (hernias discales crónicas, neuralgias, etc)
- Tendinitis
- Entrenamiento deportivo
- Reacondicionamiento del dolor aprendido y falta de apoyo
- Disminución de los arcos de movimiento
- Pérdidas de equilibrio y propiocepción (síndrome vestibular, parálisis de los nervios periféricos…)
Debemos tener especial cuidado cuando los pacientes miedosos, en cicatrices recientes, en pacientes con baja condición cardiovascular o animales con fatiga muscular avanzada. Para ello, el veterinario rehabilitador adaptará el tiempo y nivel de agua para trabajar los diferentes objetivos.
Recomendamos trabajar con arnés flotador y con asistencia terapéutica siempre.
Hay diferentes tipos de hidroterapia (piscina, fuentes naturales de agua, cinta subacuática…), será el veterinario rehabilitador quién escoja según necesidades la más adecuada porque cada una tiene diferentes indicaciones.

Ultrasonidos
Es una de las técnicas más ampliamente usadas en la rehabilitación y acupuntura. Permite trata el dolor y la inflamación de las lesiones. Consisten en energía acústica (1,1- 3,3 MHz) de frecuencia. Cuanta más frecuencia se usa se consigue mayor penetración en los tejidos. Las vibraciones mecánicas de las ondas sonoras transmiten a los tejidos una vibración molecular, que, a su vez, crea fricción y hace que la energía mecánica se transforme en térmica (calor). Las principales aplicaciones son en el tratamiento complementario de patologías musculo esqueléticas, puntos gatillo, espasmos musculares, calcificaciones, neuralgias, contracturas, radiculitis, etc. No se debe aplicar en placas de crecimiento, tumores, implantes metálicos, sobre prominencias óseas ni plexos nerviosos. El efecto terapéutico del US varía según el tejido que se quiera tratar. Los tratamientos suelen durar de 10-15 minutos.